Desde hace un par de meses vengo leyendo los artículos del Premio Nobel de Economía, Paul Krugman. Como os podéis imaginar no me he leído todos, pero si aquellos que han publicado en el diario El País en su suplemento de economía todos los domingos. Recomiendo que os paséis por esas páginas de color salmón que tantas veces hemos utilizado para limpiar un cristal, envolver un jarrón, y la mayoría de las veces, para comprobar nuestra puntería en la papelera más cercana.
Esta semana, Krugman ha escrito un artículo titulado ¿Qué le pasa a Europa?. En él analiza las diferencias existentes entre las respuestas de EE.UU. y la UE ante la crisis económica. Por desgracia, Krugman (bastante crítico con las actuaciones de Obama) observa que las medidas europeas son todavía más cortas ante el "Tsunami" que nos está asolando (más a unos que a otros, sin duda).
En este sentido, pone de manifiesto la dificultad de que Europa, o en particular los países del EURO, puedan tener una política monetaria y fiscal conjunta. Si, hemos conseguido tener la misma moneda, pero a nivel político seguimos siendo España, Francia, Alemania, Holanda o Luxemburgo. Naciones. Estados. No se ha conseguido la integración política tan deseada. Y lo que es peor, no hay señales de que esto vaya a ocurrir.
Cual es mi sorpresa, cuando el autor, que no ha escrito este artículo para El País, sino que lo ha escrito para el diario norteamericano The New York Times, deja el plato fuerte para el final. España. Lo mejor será que lo leáis vosotros mismos.
"La principal pregunta es qué pasará con esas economías europeas que prosperaron durante la época de dinero fácil de hace unos años y, en concreto, con España.
Durante gran parte de la década pasada, España fue la Florida de Europa, con una economía que se mantenía a flote gracias al enorme auge especulativo de la vivienda. Al igual que en Florida, la expansión se ha transformado en recesión. España necesita encontrar nuevas fuentes de ingresos y de empleo para sustituir los trabajos perdidos en la construcción.
En el pasado, España habría tratado de mejorar su competitividad devaluando su moneda. Pero ahora su moneda es el euro, y parece que la única forma de salir adelante es iniciar un demoledor proceso de recortes salariales. Esto habría sido difícil en la mejor de las épocas; y será casi inconcebiblemente doloroso si, como parece muy probable, la economía europea en su conjunto está en crisis y con tendencia a la deflación durante años."
Es un honor, el mismísimo Premio Nobel de Economía 2008 se fija en nosotros como ejemplo. Esto no me gusta un pimiento.
1 comentario:
Añadiré, que ni un pimiento rojo. Los verdes no están mal.
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