martes, 11 de noviembre de 2008

"La gente cree ahora que la lealtad es ser homogéneo con el líder"


Estas son algunas de las ideas que el ex presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ofrece en el semanario DOMINGO (9.11.08) del periódico EL PAÍS.

P. ¿Cómo Andalucía y Extremadura, dos comunidades gobernadas por el PSOE, pueden divergir en gestión de cuencas fluviales?

R. Depende del nivel de inoculación del discurso nacionalista en cada dirigente. Todo el mundo adopta el discurso nacionalista, y no ya sólo puntualmente, en un momento de defensa de lo tuyo. Yo no, yo sigo siendo socialista.

P. ¿Y Manuel Chaves [presidente de la Junta de Andalucía] no?

R. Bien, pero si él dice "este río es mío", ¿en qué se diferencia del nacionalismo?

(...
)

P. O sea, que Maragall le engañó.

R. No sé si le engañó o se vio forzado por las circunstancias. Gobernar sin mayoría absoluta es difícil. Lo que es cierto es que no se atuvo a lo acordado. La reforma empieza en Cataluña y se extiende. Se les pregunta a los catalanes: "¿Para qué quieren reformar su Estatuto?", y responden: "Para defenderme del Estado". Y luego vienen otras comunidades y dicen: "Queremos reformar el Estatuto para defendernos de Cataluña".

(...)

P. Apuesta entonces por un sistema bipartidista...

R. Bipartidista o como el de Gran Bretaña, donde hay un partido bisagra para no depender de políticas territoriales.

(...)

P. ¿Guarda buena relación con el partido?

R. Estoy bastante fuera, pero tengo afectos. Al final, cuando llegaba a la Ejecutiva Socialista, me sentaba y me preguntaba: "¿Dónde están mis amigos?". Te encuentras gente de otra generación y es posible que eso cree cierto distanciamiento. Meter gente nueva no es garantía de innovación. Vengo de un tiempo donde la discrepancia era la norma fundamental: se discutía duro, y luego salíamos y éramos amigos. Nunca pensé que en una Ejecutiva discutir pudiera ser entendido como una animadversión. El problema ahora es que la fotografía del partido es heterogénea: jóvenes, mujeres... pero el discurso es muy homogéneo, frente a la heterogeneidad del discurso de la época de Felipe. La gente cree ahora que la lealtad es ser homogéneo con el líder, pero nadie se alimenta sólo de golosinas; el líder tiene que recibir golosinas y cosas que no le gusten: eso lo fortalece.

TEXTO ÍNTEGRO. ELPAIS.COM

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