Vermont, Virginia, Ohio, ¿cómo va la cosa en Florida?. Según iban cerrando colegios electorales, las informaciones iban llenando la redacción de sensaciones. En un principio McCain se mostraba seguro en aquellos estados de mayoría republicana, pero poco a poco, la marea demócrata iba invadiendo el mapa de EE.UU. Todavía eran las tres y media de la mañana, y pese a que en muchos estados acabada de comenzar el recuento, y en otros no se habían cerrado las urnas, comienzan los preparativos para una más que probable victoria de Barack Obama.
El tiempo se nos echa encima, y cientos de seguidores del senador por Illinois se reunen en Chicago para celebrar la histórica - si los pronósticos se cumplen - victoria de Obama. Entre los compañeros, o esa es mi sensación, se siente que en pocos minutos se va a presenciar un acontecimiento único, pero se mantiene la cautela ante el instante en el que anunciar un resultado definitivo.
Son las cinco de la mañana, minuto arriba, minuto abajo. En un abrir y cerrar de ojos, TVE anuncia que el canal de televisión norteamericano CBS da por ganador de las elecciones a Barack Obama. No hay tiempo que perder, "Obama, en la Casa Blanca". Videos del ganador, crónicas de los corresponsales en EE.UU, Irak, Buenos Aires o Berlín, reacciones de los líderes mundiales.
Todo lo pasado pertenece a la historia. Pero por una serie de circunstancias este parece ser un momento algo más especial. Sinceramente no se si será por que es el primer afroamericano en llegar al poder; si la situación económica da un plus de importancia a las elecciones; si la inaguantable estela dejada por Bush hace más grande el cambio; o por la forma de expresarse, moverse y gesticular de Barack Obama. El tiempo, como casi siempre, determinará si lo que hemos sentido como el inicio de un nueva etapa es algo más consistente que un espejismo.
Mientras tanto, y aunque parezca mentira, los minutos, las horas y los días pasan, y lo que fue algo histórico ya se ha quedado atras. Ya no importa. El futuro espera.
Portada de Chicago Tribune el 5 de noviembre de 2008
El tiempo se nos echa encima, y cientos de seguidores del senador por Illinois se reunen en Chicago para celebrar la histórica - si los pronósticos se cumplen - victoria de Obama. Entre los compañeros, o esa es mi sensación, se siente que en pocos minutos se va a presenciar un acontecimiento único, pero se mantiene la cautela ante el instante en el que anunciar un resultado definitivo.
Son las cinco de la mañana, minuto arriba, minuto abajo. En un abrir y cerrar de ojos, TVE anuncia que el canal de televisión norteamericano CBS da por ganador de las elecciones a Barack Obama. No hay tiempo que perder, "Obama, en la Casa Blanca". Videos del ganador, crónicas de los corresponsales en EE.UU, Irak, Buenos Aires o Berlín, reacciones de los líderes mundiales.
Todo lo pasado pertenece a la historia. Pero por una serie de circunstancias este parece ser un momento algo más especial. Sinceramente no se si será por que es el primer afroamericano en llegar al poder; si la situación económica da un plus de importancia a las elecciones; si la inaguantable estela dejada por Bush hace más grande el cambio; o por la forma de expresarse, moverse y gesticular de Barack Obama. El tiempo, como casi siempre, determinará si lo que hemos sentido como el inicio de un nueva etapa es algo más consistente que un espejismo.
Mientras tanto, y aunque parezca mentira, los minutos, las horas y los días pasan, y lo que fue algo histórico ya se ha quedado atras. Ya no importa. El futuro espera.
Portada de Chicago Tribune el 5 de noviembre de 2008
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